Proyecto Vampiro - Solución novelada

Introducción


reXXe despertó lentamente de un sueño intranquilo y tempestuoso ... la cabeza le dolía a horrores, tratando de recordar cómo había llegado hasta allí, aquel suelo empedrado que se correspondía ... ¡con el vestíbulo del castillo!. Mientras reXXe levantaba la cabeza, tratando de situarse en el lugar en el que estaba, le llegó la determinación de lo que debía ser su objetivo: matar al vampiro. Claro que no sería tarea fácil -recordó-, pues, como mínimo, precisaría de una estaca y de una maza o algo parecido con lo que clavarlo, cosas que no era muy probable que fuese a conseguir en el castillo de su mortal enemigo. Un elemento protector no estaría, tampoco, nada mal.

Entonces, reXXe se adentró en el castillo.

Mapa de la parte principal del juego

La biblioteca y la cocina


Avanzando por el pasillo, pronto pudo vislumbrar dos arcos que llevaban, a izquierda y derecha, a la cocina y la biblioteca, respectivamente. La biblioteca le sorprendió agradablemente. Por alguna broma del destino, encontró allí un crucifijo plateado, que le protegería de su archienemigo, y una palanca a la que no encontraba uso y le parecía aún más extraña en cuanto a su uso en la biblioteca, pero que guardó igualmente.

Biblioteca
Crucifijo plateado
Palanca

A continuación, retrocediendo hacia el pasillo, me dirigí hasta la cocina. Una vez en la cocina, encontró un cuchillo que pensó que, llegado el momento, podría servirle de arma. También encontró un armario, que le pareció sospechoso por estar cerrado, anotando mentalmente que, de encontrar la llave, debería volver a abrirlo. Y nada más: ni las cacerolas ni el horno escondían nada interesante.

Cocina
Cuchillo
Armario cerrado


Avanzando aún un poco más por el pasillo, encontró una nueva bifurcación ... más que eso, realmente, puesto que podía seguir hacia la sala de estar, a la derecha, o al dormitorio, a la izquierda ... pero es que, además, podía subir y bajar por unas escaleras de piedra.

El dormitorio y la Sala de Estar


En el dormitorio no encontró nada en especial. La cama estaba desecha, y aquello le llamó la atención por alguna razón ... rebuscando por las sábanas ... ¡encontró una llave! ... ¿sería la del armario?

Dormitorio
Llavecita (entre las sábanas)

Retrocedió sobre sus pasos para entrar en la cocina, y con manos temblorosas, abrir efectivamente el armario. Dentro, para su sorpresa, encontró una ristra de ajos que le hizo reconfortarse largamente, pensando que, con el crucifijo y la ristra de ajos, no tenía ya nada que temer.

Cocina
Ristra de ajos (en el armario abierto con la llave)

La euforia le hizo entrar en la sala de estar con nuevos bríos, encontrándose con los restos de un fuego que le hicieron maquinar una idea para poder hacerse con una estaca por fin: el cuchillo que había obtenido en la cocina (¡bendita cocina!) le permitiría convertir un trozo de madera de la chimenea en una estaca. Dicho y hecho, abandonó el cuchillo, seguro de tener un arma mucho más poderosa para enfrentarse a un vampiro.

Sala de estar
Trozo de madera (en los restos del fuego)

reXXe miró hacia arriba, temeroso del paso que tendría que dar a continuación. Pero es que, además, era consciente de que le faltaba un maza o algo con lo que golpear la estaca y clavársela en el corazón a su maldito enemigo. Sabiendo que el vampiro descansaba en el piso superior, decidió bajar las escaleras para explorar el sótano.

El sótano


Encontró allí un barril que parecía estar esperando a que usase aquella palanca que encontró en la biblioteca con él: así lo hizo, descubriendo un martillo que disipaba ya todas sus preocupaciones.

Sótano
Barril (cerrado hasta que se use la palanca con él)
Martillo (en el barril)

El final


Subiendo todas las escaleras de un tirón para evitar pensárselo demasiado, se dirigió a la izquierda al llegar arriba, para entrar en la habitación del altar, donde descansaba el vampiro, dentro de su ataúd. Hizo revisión de todo lo que necesitaba llevar en este punto para llevar a cabo su empresa.

El Final (objs. necesarios)
Martillo
Estaca
Crucifijo
Ristra de ajos

Abrió el ataúd, y, protegido por los ajos y el crucifijo, comenzó su tarea. La cara de horror de vampiro cuando el clavó la estaca sólo fue comparable al rostro lleno de tranquilidad que pudo observar unos cuantos martillazos después. La reducción del cuerpo a cenizas le confirmó que su misión estaba cumplida.